domingo, 27 de mayo de 2018

Construcción de la propia imagen en el niño.

Bien sabemos que en la sociedad actual, la apariencia física es la primera fuente de información que los demás reciben de nosotros, pero que la fealdad, deformación, etc. no están bien vistas por las personas y se nos juzga de una forma que nuestra salud mental puede llegar a herirse de forma importante.
Pero una cosa es la apariencia física y otra muy distinta es la imagen corporal, la cual nos hace sentirnos incluso feos aunque la sociedad piense lo contrario, pues es la idea que nosotros mismos nos formamos sobre nuestra apariencia física.

Este tema es muy importante aplicarlo a la niñez, ya que es el momento donde la propia imagen o autoconcepto se empieza a formar.
Es a partir de los 2 años cuando un niño se empieza a mirar en los espejos reconociendo su propia imagen.
Pero ya a partir de Primaria, se empiezan a reconocer y mencionar los rasgos de la personalidad, descubriendo la dimensión social de ellos mismos y describiéndose en grupos sociales.

En etapas siguientes esta formación de la imagen propia sigue aumentando, aunque me centraré en la etapa de la Educación Primaria.

En la escuela, según Granados y Martínez (2005), el niño es un sujeto único, ya que al ser mirado desde diferentes lugares aparece fragmentado. Las rutinas escolares y ciertas ideologías dualistas instaladas en la historia de occidente, llevan a considerarlo como compuesto por diferentes instancias: por un lado, una cabeza a llenar de contenidos, como si fuera posible aislar un "sujeto lógico", cuya función es pensar y estar abierto a los saberes que debe aprender; niño sin cuerpo; ante otra parte de ese sujeto un cuerpo que necesita jugar para recuperar el equilibrio por el tiempo dedicado al aprendizaje; la función catártica o de descarga: “niño sin cabeza”.

Históricamente se han desarrollado varias estrategias para que el cuerpo del niño no sea un elemento perturbador: proponerle actividades de "descarga" y para ello están los recreos y ciertas propuestas asignadas a la Educación Física, Educación Artística, etc.; implementar sistemas de disciplina centrados en el castigo o la vigilancia, premiar con buenas notas a los niños que "se portan bien", formular discursos moralistas con apoyatura en conceptos de higiene o de salud acerca de la buena postura o la necesidad de quedarse quietos para poder aprender bien, diseñar con mucho detenimiento el mobiliario escolar y su utilización y otras. (Granados y Martínez, 2005).

La escuela,  llamada "templo del saber", es un lugar bastante privilegiado para la actividad intelectual, la cual simula o aparenta que olvida la dimensión corporal. En realidad, no puede olvidarla ya que el cuerpo no está ausente y menos en nuestra estetizada sociedad. Solo teniendo en cuenta al cuerpo y la imagen que de él podemos favorecer el desarrollo personal y social de nuestros alumnos, objetivo base de la educación.

Yo personalmente, pienso que la sociedad ejerce una gran influencia en cuanto a la formación de la propia imagen ya que sobre todo, a día de hoy en la redes sociales se exponen cuerpos "perfectos", cánones de belleza imposibles, estereotipos absurdos, que hacen que los más pequeños vayan tomando una referencia de cómo deberían ser según la sociedad y las influencias actuales.

Pues la imagen que tenemos de nosotros mismos va a ser muy determinante para evitar ciertos trastornos o dificultades. Una mala aceptación de nosotros y nuestro propio cuerpo puede derivar en problemas de autoestima, alteraciones del concepto de belleza, malos hábitos de alimentación, depresiones, etc.

Por lo tanto, y sobre todo como docentes, desde la infancia debemos trabajar el concepto de la imagen propia del niño de forma que les ayudemos a adquirir una buena construcción de la imagen propia que van a tener sobre su cuerpo y sobre ellos mismos, proporcionando una autoestima adecuada y una aceptación de ellos mismos y de los demás. 

Hay que mostrar en la medida de lo posible que todos somos diferentes pero a la vez todos somos iguales y hay que querernos con las diferencias que cada uno posee, pues es lo que nos hace únicos y especiales.
Los niños deberán comprender que las diferencias con los demás nos hace bonitos y hay que fijarse más en lo que los demás nos aportan como la amistad, y no la imagen que su cuerpo nos da o pretende dar.

A continuación aporto un recurso para trabajar y aumentar la autoestima de nuestros alumnos para trabajar la construcción de la imagen propia de forma positiva. Se trata de un cuento sobre un delfín que no creía en sí mismo porque no saltaba tan alto como los otros delfines y no se consideraba inteligente. Todo ello se lo contó a su amiga, la cual lo miró a los ojos y le dijo que se sentía muy feliz por dentro con todos sus amigos y le ayudaría a él a sentirse así también. Entre todos le ayudan a aceptarse a él mismo mostrando sus diferencias de forma positiva.




Podemos usar este y otros muchos tipos de recursos en el aula para hacer sentirse mejor a nuestros alumnos y para hacerles ver las diferencias que todos tenemos y que nadie es mejor que nadie por tener unas características físicas de una forma u otra.



Enlace de vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=o_cb5G08Fy0

Enlace de imagen: https://www.bbmundo.com/wp-content/uploads/2017/03/nino-viendo-al-espejo.jpg

Enlace recursos web:
http://www.redvisual.net/n5/n3/articulos/art1.htm
https://es.slideshare.net/martamagisterio/la-construccin-de-la-propia-imagen-educacion-y-sociedad


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